Doy las gracias por estar enferma, bueno no tengo nada grave tan solo es una faringitis con molestas placas en la garganta, que aunque parezcan poca cosa hay que ver como duelen cada vez que tienes que tragar aunque solo sea tu propia saliva, pero aún así doy las gracias por ello.
No me he vuelto loca ni nada por el estilo, ya sé que puede resultar extraño de repente dar las gracias por sentirse mal, pero me siento agradecida ya que ahora aprecio todos los días en los que me levanto y me acuesto estando sana.
Cuando estamos bien, a menudo nos quejamos por cosas insignificantes, que la verdad si lo piensas detenidamente, no tienen mucho sentido, pero en esos momentos nos parecen importantes y malgastamos nuestro “ ahora” olvidando disfrutar.
Hay cosas tan pequeñitas y tan importantes que es una pena no poder apreciarlas o verlas por estar demasiado ocupados buscando cosas por las que quejarnos, aunque sea inconscientemente.
Lo primero que hacemos cuando llegamos a esta vida es respirar y curiosamente también es lo último, estamos tan habituados a ello que no le damos importancia, creemos que siempre estará ahí, pero es una grave equivocación, todo lo que sube baja y todo lo que empieza acaba.
Es por ello por lo que considero que desde pequeños nos deberían enseñar a descubrir y apreciar las pequeñas cosas que en verdad para mí significan milagros, respirar, oler, ver, tocar, escuchar, los latidos del corazón, el funcionamiento de los pulmones, riñones, etc….
Son pequeños milagros que están ahí y que por desgracia solo cuando nos fallan es cuando les damos importancia.
Así que doy las gracias de nuevo por estar enferma , ya que si no hubiese estado enferma nunca no me hubiese dado cuenta probablemente del tesoro que significa ESTAR SANO.
Escrito por la Psicóloga Raquel Alarcón Molina. ( Centro de psicología en Avda. General Gutiérrez Mellado, 9, 1ª planta Centrofama, Murcia)
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